Consuma responsbilidad

El estallido de la burbuja financiera en el año que ya ha acabado ha tenido un efecto colateral positivo: por fin (casi) todo el mundo está de acuerdo en que el emperador –nuestro sistema económico- está desnudo. Se ha hecho evidente lo insostenible que es una economía basada en la especulación financiera, en la ilusión del crecimiento exponencial e infinito de los beneficios y el consumo, y en la explotación sin límites de los recursos naturales. Pero, pasados los primeros meses en que todo el mundo se preguntaba por qué, cómo ha sido posible y qué se va a hacer para remediarlo, la principal sospecha es que, cual Gatopardo, todo cambiará para que todo siga igual. ¿O acaso alguien confía en que los máximos responsables y beneficiarios de esa economía desquiciada vayan ahora a abandonar el becerro de oro?

Sabemos algo más: que, pase lo que pase, si no espabilamos quienes perdemos somos siempre nosotros. ¿Es posible vivir al margen de ese sistema? Sí, hasta cierto punto. Existe algo que se denomina economía social y solidaria, que se basa en gente que se organiza de forma generalmente democrática para satisfacer sus necesidades con prioridades diferentes a la imperantes. El fin no es el lucro desmedido sino vivir de forma respetuosa con las personas, con las comunidades y con el medio ambiente. Pueden adoptar la forma de cooperativas trabajo, en las que la estabilidad y la calidad del empleo de sus miembros suele ser lo más importante, hasta organizaciones de consumo ecológico o entidades financieras de banca ética. Tras el derrumbe de la economía argentina, mucha gente se organizó de estas y otras formas para intercambiar bienes y servicios fuera de los mecanismos tradicionales. Es un movimiento que crece allá y acá.

Pero, ¿cómo encontrar estos recursos, y cómo participar en ellos? El colectivo ConSuma Responsabilidad ha publicado una guía de consumo responsable y solidario, con más de 400 entidades que operan en el ámbito de la economía solidaria, principalmente en la Comunidad de Madrid. En la guía se incluyen organizaciones dedicadas al comercio justo, empresas de inserción y centros de especiales de empleo (que tienen como objetivo principal generar empleo para personas en situación de explusión social o con discapacidades), cooperativas de producción ecológica, bancos de tiempo y banca ética, entre muchos otros. Y ofrecen todo tipo de productos y servicios para personas y empresas, desde ropa, libros, muebles y alimentación, hasta jardinería, ocio infantil, mensajería y ¡arreglo de zapatos!

La guia puede descargarse gratis en la red o comprarse por lo que cuesta producirla, 12 euros. Seguro que en otras comunidades autónomas hay iniciativas similares (creo que CERAI está elaborando algo similar para la Comunidad Valenciana). Si tenéis noticia de recursos de este tipo, ya sabéis, podéis compartirlo con los demás aquí debajo, en los comentarios.

Contra la violencia, conocimiento

Nos encontramos en medio de la celebración de los 16 días de activismo contra la violencia machista, y viene bien recordar de dónde procede esa violencia. Se llama machista, porque no es la violencia de los hombres (en general) sobre las mujeres, sino la que ejercen los hombres machistas, los que consideran que las mujeres están bajo su control, que ni saben, ni entienden, ni valen. Eso es lo que estos hombres repiten una y otra vez a sus parejas maltratadas, violencia psicológica que precede y acompaña a la física. Y las dos matan, matan a la mujer como persona física y psicológicamente. Los hombres que creen que las mujeres son seres humanos iguales a ellos, con iguales derechos, con dignidad y voluntad autónoma, ni insultan, ni pegan ni matan.

Por eso, hoy quiero proponer repasar las propuestas del pensamiento feminista que ayudan a dar forma a la igualdad y a vencer la ideología machista. La web de Mujeres en Red tiene un apartado muy interesante y básico que se llama “Claves del feminismo” . En él se repasan conceptos como ciudadanía, coeducación, democracia paritaria, androcentrismo, etc, y se habla de temas como la prostitución. Como dicen ellas mismas al presentar esta sección, “con tanto barullo interesado en contra del feminismo y de las feministas, resulta fundamental aclarar conceptos”. Y yo añado: el conocimiento es la mejor medicina preventiva contra la violencia. Que aproveche.