10 sept 2008

Serias dificultades


Lo siento pero no me he podido resistir. Tengo varios comentarios y propuestas que hacer después de escuchar el discurso de Zapatero hoy en el Congreso sobre las “serías dificultades” que atraviesa nuestra economía. Empecé viendo la retransmisión y contando el número de eufemismos empleados –el que titula esta reflexión y otras joyas consagradas como las del “crecimiento negativo” y “un ambicioso paquete de medidas”-, pero perdí la cuenta. La razón es que me obnubilé buscando coherencia entre la cara de santurrón y las buenas palabras de Zapatero, por un lado, y las medidas anunciadas antes y ahora. Y siento decir que no la encontré. Hé aquí algunas perlas, del discurso de hoy y de las semanas previas:



  • “La creación de empleo es la máxima prioridad”. Pero anuncia un recorte en la oferta de empleo público del 70 por ciento, en beneficio de la austeridad presupuestaria.

  • “Que no me pidan dinero para salvar empresas de aquellos que han tenido muchos beneficios en los últimos años”, dijo a lo Escarlata O’Hara el domingo pasado frente a los mineros leoneses. ¿Qué no? Hoy en el Congreso anuncia que dedicará 20.000 millones de euros adicionales al Plan de Vivienda ya aprobado para ayudar al sector inmobiliario a orientarse hacia las viviendas de protección oficial, la rehabilitación de edificios y el alquiler, incluyendo facilitarles avales y créditos. Toma ya.

  • Volvemos a la prioridad del empleo. A recolocar temporalmente a 100.000 parados en servicios a la comunidad dedicará algo más de dinero, para que el programa alcance los 1.106 millones de euros. Es decir, 18 veces menos dinero que la cantidad “extra” que dedicará a las empresas constructoras e inmobiliarias.

  • Empresas vs ciudadanos / ricos vs pobres: destinará otros 24.000 millones de euros a las empresas para proyectos de inversión, les rebaja el impuesto de sociedades y elimina el impuesto sobre el patrimonio “por no estimular el ahorro y ser obsoleto”(¡), razones ambas tremendamente contrastadas después de recurrir a todos los métodos conocidos para evitar la evasión de impuestos. Yo le digo que los que más patrimonio tienen ahorran pero que muy bien (en paraisos fiscales, eso sí, nadie se lo impide). Mientras, aumentan las pensiones mínimas un 6 por ciento (¡guau!) y devuelven 400 euros en cómodos plazos de dos años a 16 millones de personas, lo mismo a Botín que a un mileurista. Eso sí, los que estamos en paro no lo cobraremos. ¿No lo necesitará más el de Martinsa Fadesa que yo? Ay, ay, ay...


Ni un momento en el discurso para reflexionar sobre un modelo económico que lleva décadas teniendo su base en el turismo y en sectores con altos niveles de especulación (antes el financiero, luego las .com, y luego el inmobiliario). ¿Algún debate sobre lecciones aprendidas sobre lo que NO puede repetirse? No. Apenas una línea del discurso para decir que la economía debe basarse en la innovación, el desarrollo tecnológico y el valor añadido. Esa es la vía si no queremos ser un país exclusivamente de camareros, pero lo único que Zapatero ha apuntado al respecto es que se “ampliarán los temas del diálogo social” para hablar con empresarios y sindicatos de ello. Y sobre la enorme hipoteca que supone para el país la escasa calidad de nuestra educación (ni una sóla universidad española entre las 100 mejores del mundo, y sólo dos entre las 500 mejores), apenas otra línea para hablar de “mejorar la FP para la sociedad del conocimiento”. Creí que lo de la sociedad del conocimiento era un poco más sofisticado, que requería una enseñanza universitaria seria e investigación de alto nivel, pero debo de estar equivocada.

En fin, amigos y amigas, que no hay por qué preocuparse porque el gobierno defiende los intereses de los más vulnerables y los más afectados por la crisis (las inmobiliarias), y a los demás nos pide “confianza en la fortaleza adquirida por nuestra economía”. Así que que nadie sople muy fuerte. Eso, y a seguir el curso intensivo sobre métodos para salir de la crisis dado hoy por El Roto en El País:

I. Hacerse rico.
II. Hacerse aún más rico.
III. Salir corriendo

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